El escultismo en el mundo

El Movimiento Scout, fundado en el año 1907 por Baden Powell en Inglaterra, es una organización que se basa en un proyecto educativo dirigido a niños, niñas y jóvenes con el objetivo de promover su educación integral y su implicación social. El Escultismo trabaja con y para la infancia y la juventud con la ilusión de construir un mundo mejor.

El Movimiento Scout existe en 162 países lo que suponen más de 40 millones de personas, de diferentes culturas, lenguas y religiones trabajando por construir un mundo mejor. Todo ello gracias a cerca de 7 millones de adultos voluntarios que apoyan las actividades que desarrollan los grupos scouts.

La Organización Mundial del Movimiento Scout (OMMS) es una organización independiente, mundial, sin fines de lucro y no partidista, la cual sirve al Movimiento Scout. Su finalidad es promover la unidad y el entendimiento de los principios y propósitos del Movimiento Scout, facilitando al mismo tiempo la expansión y el desarrollo del mismo. Los órganos de la Organización Mundial son la Conferencia Scout Mundial, el Comité Scout Mundial y la Oficina Scout Mundial.

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El Escultismo cómo Método Educativo

El Método Scout persigue construir una ciudadanía más justa, educando a personas íntegras, libres, críticas, serviciales, consecuentes y comprometidas.

A través del Escultismo (Método Educativo Scout) se trabajan diferentes contenidos educativos, agrupados en cuatro compromisos:

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Nuestro método educativo se basa en la acción, la responsabilidad y la confianza. A través del tiempo libre, formamos a niños, niñas y jóvenes en varios planos: social, psicológica, intelectual, emocional y espiritualmente.

El método educativo scout se compone de ocho elementos principales:

  1. La educación en valores, a través de la Ley y la Promesa Scout. Un compromiso voluntario personal con un conjunto de valores compartidos, que es la base de todo lo que cada scout hace y cada scout quiere ser.
  2. Una educación por la acción y la propia experiencia. Aprender haciendo para asegurar que las oportunidades de aprendizaje sean divertidas y relevantes, y en las que el juego desempeñe un papel de central.
  3. Programas progresivos y atrayentes. Un viaje de aprendizaje progresivo centrado en motivar y desafiar a cada persona según sus centros de interés, a través de la asunción de responsabilidades de forma paulatina.
  4. La vida en pequeños grupos. Uso de pequeños equipos como una forma de participar en el aprendizaje colaborativo, con el objetivo de desarrollar un trabajo en equipo eficaz, habilidades interpersonales, liderazgo, así como la construcción de un sentido de responsabilidad y pertenencia.
  5. Marco simbólico. Una estructura unificadora de temas y símbolos para facilitar el aprendizaje y el desarrollo de una entidad única como Scout, adaptada a cada sección[1]
  6. Vida en la naturaleza. Oportunidades de aprendizaje en la vida al aire libre que fomenten una mejor comprensión y una relación con el entorno más amplio. La naturaleza como elemento esencial del Método Scout.
  7. Participación de la comunidad a través del compromiso y del servicio. Exploración activa y compromiso con las comunidades y el mundo en general, fomentando un mayor aprecio y comprensión entre las personas, y donde el servicio estimula la iniciativa por cambiar y mejorar la vida en común.
  8. Apoyo adulto. Las personas adultas facilitan y apoyan a la infancia y a la juventud para crear oportunidades de aprendizaje y a través de una cultura de asociación para convertir estas oportunidades en experiencias significativas.